Llora, por favor, llora.
Niño Omran, despierta, por favor, rompe en llanto, grita, protesta, insultarnos, pero por favor, no nos sigas torturando el alma con tu silencio.
Tu imagen nos corroe y nos rompe por dentro. Es evidente que no entiendes, que no puedes comprender lo que està pasando, y tu mirada perdida nos acusa y nos reprende.
Nosotros tampoco entendemos, pero nos hemos acostumbrado. Es duro pero a la vez fácil ver el dolor ajeno, la tortura lejana, la herida que no duele en el cuerpo. Y el alma, la tenemos ya demasiado acomodada, protegida por mares de indiferencia para que duela poco.
Por favor, llora y rebélate, llora y patea, grita contra este mundo cruel que posibilita tanto horror.