SILENCIOS Y PALABRAS. Dedicado a Lita.
“Yo soy dueño de mis silencios y esclavo de mis palabras.”
Es una frase atribuida a Franco, el caudillo asesino, y que demasiada gente ha asimilado como cierta, sin reparar en la insidia que entraña.
De alguna manera, una lectura superficial nos da a entender que debemos ser cautos y no decir cualquier cosa de la que podamos arrepentirnos, y tiene por tanto una cierta apariencia de verdad. El dictador que la pronunciaba daba a entender cautela y astucia en su proceder.
Pero una persona no puede pretender ser dueño de sus silencios, como si algunos no fueran sino formas de apoyo a la injusticia y al horror.
Hay silencios que matan, que otorgan, culposos por inanición.
¿Cuantas veces es el silencio cómplice de abusos e injusticias? ¿Cuantos cobardes se han atrincherado detrás de su silencio, evitando denunciar y clamar contra ladrones y asesinos?
El silencio de los actuales jueces del Tribunal Constitucional, hasta hace pocos años, jueces del tristemente TOP (Tribunal de Orden Publico), clama al cielo. Con su silencio justificaron y avalaron la tortura y represión que en el mismo se produjo.
El que se cree dueño de su silencio es un ser egoísta y oportunista que se mueve por motivos espúrios y no de conciencia y de verdad.
Por otro lado, nadie es esclavo de sus palabras, sino dueño y señor, propietario y artífice de las mismas, por ellas nos van a juzgar y de ellas hemos de responder. ¿Desde cuando debemos tener temor de lo dicho y explicado? ¿Que tipo de persona es la que se siente esclavo de lo que ha dicho por lo que le pueda comprometer o implicar.
Uno debe ser responsable de lo dicho y llevarlo con la cabeza alta, incluso cuando nos hemos equivocado. Hay algo que se llama rectificar y pedir perdón, si cabe, por ello. Pero nuestras palabras serán siempre nuestro aval y muestra de nuestra trayectoria. Nadie debe avergonzarse de ellas, salvo los taimados.
Yo quiero pronunciar la frase al revés:
Yo soy esclavo de mis silencios, y dueño de mis palabras.
No deja de ser curioso que Franco y yo no pensemos igual.
Y por qué se lo dedicas a Lita, ¿me he perdido algo?
Lo dedico a Lita a raiz de unos comentarios en Fb en el que la Frase del innombrable era ensalzada.
Querido xarbet ya sabes que yo pienso igual ¡¡no me callo ni debajo de agua!! y tito Paco para mi era un poco mas de lo que tu pones aqui
era un cabr…on como la copa de un pino
pero chiquillo no te enfrasques tantoooooooooooooo
mil besosssssssssss y uno mas (esta frase es mia)
El giro que has dado a la frase le ha devuelto su verdadero sentido.
Hablamos hasta con los ojos.
Bien dicho Xarbet, debemos ser dueños de nuestras palabras, de esta manera podemos pedir perdón si nuestras palabras han sido erróneas o hirientes, lo otro es de cobardes.
Una abraçada.