La tabla de lavar
Esto es una tabla de lavar, también llamada estregadera. La he comprado por Internet en una subasta. No he pagado mucho por ella, pero estaba dispuesto a conseguirla, ya había pujado otras veces y me habían superado la apuesta, pero sabía que tarde o temprano conseguiría una, porque cualquiera me servia, no quería una en concreto, solo quería que estuviera usada, y que fuera autentica, no una imitación.
Porque lo que quería ver en ella eran las manos rojas por el frío, restregando en ella la ropa.
Cuerpos inclinados sobre ella, sudores, ayes, quejidos y algún llanto, luchando para conseguir quitar de las ropas las huellas del trabajo
Y las manos, los cuerpos, los ayes que veía eran todas de mujer.
De mujer cansada, hacendosa, con la blusa arremangada y los cabellos sobre la cara.
De mujer inclinada sobre la tabla golpeando la ropa para quitarle el sudor del trabajo.
Sudor con sudor se quita.
Sudor con sudor se ama.
Y admirando a esas mujeres lavando, tengo que decir lo de siempre, que cada vez me gustan menos los hombres.
¿Acaso me han gustando alguna vez los hombres? Sexualmente no, y lo digo con naturalidad, solo como algo cierto. Pero durante mucho tiempo, quise ser cada vez más hombre, y hoy dudo de la hombría como algo a conseguir, y sin renunciar a mis inclinaciones ni a mi sexo, denuncio la postura de superioridad manifiesta que hemos heredado de la historia.
La tabla de lavar la he colgado en una pared de casa, para que todo el mundo vea en ella las huellas de las manos que la usaron.
La foto la he hecho con la bandera republicana de fondo. La republica fue una época en la que las mujeres tuvieron la oportunidad de ser iguales que los hombres. ¿Por qué perdimos la guerra?
Encara no hi ha cap comentari.
Deixa un comentari